La nutrición es el motor de nuestra salud. La mayoría de las personas, comemos varias veces en el día y tomamos “micro-decisiones” a través de las elecciones de dieta, las cuales determinan nuestro estado de salud general. Si somos capaces de concebir la importancia que tiene lo que comemos en la vida de un adulto ¡imagina el impacto que tiene esos primeros bocados de un/a bebé en su salud presente y futura!
El primer contacto con la comida en la vida de una persona, tiene lugar en el momento de la Alimentación Complementaria y, aunque no es difícil hacerlo bien, es fácil tener un comienzo “rocoso” lo cual podría tener repercusiones indeseadas. Como adulto responsable de la salud de un/a bebé, informarse bien antes de comenzar y rectificar rápidamente si la cosa no va como se anticipaba, son claves. En esta página, espero que encuentres todo lo que necesitas para tomar decisiones nutricionales con seguridad y poder gozar de este hito en la vida de tu peque.
¿Qué es la Alimentación Complementaria?
La alimentación complementaria hace referencia a la iniciación de los alimentos más sólidos en la dieta de un/a bebé. Habla del primer contacto con comida que un peque tendrá en su vida.
Llega un momento en el desarrollo de cada bebé en el cual los requerimientos nutricionales aumentan y se revela una necesidad de complementar la dieta (por eso se llama alimentación complementaria) que, hasta ahora, había sido exclusivamente a base de leche (materna o fórmula infantil), con alimentos.
La leche seguirá siendo la base de la dieta durante muchos meses pero se empieza a exponer al/la bebé a nuevos colores, texturas, sabores y composiciones de nutrientes. Se trata de una exposición masiva de información nueva, en forma de estímulos sensoriales, movimientos psicomotores finos y trabajo digestivo.
El objetivo principal de la alimentación complementaria es introducir alimentos nuevos en la dieta del/la bebé para que, eventualmente, pueda conocer, aceptar, digerir, masticar, excretar, manejar una gama amplia de comida. La idea es prepararle para una dieta equilibrada, variada y repleta de nutrientes esenciales para su crecimiento y desarrollo.
La leche seguirá siendo la base de la dieta durante muchos meses pero se empieza a exponer al/la bebé a nuevos colores, texturas, sabores y composiciones de nutrientes. Se trata de una exposición masiva de información nueva, en forma de estímulos sensoriales, movimientos psicomotores finos y trabajo digestivo.
El objetivo principal de la alimentación complementaria es introducir alimentos nuevos en la dieta del/la bebé para que, eventualmente, pueda conocer, aceptar, digerir, masticar, excretar, manejar una gama amplia de comida. La idea es prepararle para una dieta equilibrada, variada y repleta de nutrientes esenciales para su crecimiento y desarrollo.
Cuándo iniciar la Alimentación Complementaria
La edad exacta para comenzar este proceso no es un número fijo sino que se debe adaptar a cada peque. Cada bebé tiene un ritmo de desarrollo único y será importante dejarnos guiar por las señales de su cuerpo de que está preparado/a. Lo más importante es ofrecer alimentos que nuestro peque esté preparado/a para digerir y asimilar. El cuándo comenzar con la Alimentación Complementaria dependerá del desarrollo de su sistema digestivo y sus necesidades nutricionales personales.
Desde el nacimiento hasta aproximadamente los 6 meses de vida, la mayor parte de las instituciones oficiales de salud aconseja que la dieta sea exclusivamente a base de leche materna o, si esto no es posible, fórmula infantil. Será alrededor de esta edad cuando empezaremos a ofrecer alguna comida a nuestro/a bebé. Le observaremos desde cerca para asegurar que le esté sentando bien y que lo esté digiriendo correctamente.
Es posible que, aunque haya cumplido 6 meses de vida, no acepte bien la alimentación complementaria. Si es así, no es motivo de preocupación. Es muy normal que esté rechazando la comida porque aún no se haya desarrollado suficientemente su sistema digestivo o porque la leche aún le esté nutriendo perfectamente. No hay ningún problema en dejar pasar unas semanas hasta volver a intentar iniciar este proceso.
Métodos populares de Alimentación Complementaria: BLW, Método Tradicional, Método Mixto
Un concepto básico relacionado con la alimentación complementaria y, en general, la nutrición infantil es el hecho de que no hay una única manera de hacerlo bien. Esto quiere decir que vamos a encontrar un sinfín de teorías, métodos y maneras de nutrir a nuestros/as peques que sostienen que su manera es la mejor pero, en el mundo de la nutrición, no hay verdades absolutas. La dieta de los/as más peques de la casa se tiene que adaptar a la cultura, edad, estación del año y a la fisiología de cada uno/a.
Eso sí, si nos dejamos aconsejar y guiar por un método que nos atrae, nos da una cierta seguridad en un proceso que nos puede parecer, de lo contrario, totalmente abrumador. Mi consejo será siempre de informarte hasta la saciedad y, con dicha información, crea, junto con tu peque, vuestra forma de llevar la alimentación complementaria. Ten una mente abierta a lo que pueda surgir porque, a igual que el parto ¡no suele resultar cómo te esperas!
Método Tradicional de Alimentación Complementaria: Purés y papillas
El método más tradicional de realizar un proceso de alimentación complementaria es el que se sostiene en las papillas o purés. Lo conocemos como el método tradicional porque es el que se usaba de una a cuatro generaciones más atrás y, aunque aún se aplica de forma extendida, está perdiendo fuerza y dejando lugar al BLW que explicaremos a continuación.
Es, probablemente, el método con el que fuimos introducidos/as a la comida y es el que más se sigue de la mano de los/as cuidadores cuando se trata de los/as abuelos/as, suegros/as y educadoras/es en las escuelas.
En este caso, el adulto escoge el/los alimentos en cuestión, los puede cocer o servir crudos (en el caso de las frutas) y siempre se trituran hasta conseguir una textura homogénea semilíquida. Se basa en la teoría de que los bebés no tienen dientes por lo que no pueden masticar alimentos sólidos. También, busca la comodidad de controlar la proporción de diferentes macronutrientes en la dieta del/la bebé y de alimentarle el adulto con el uso de una cuchara.
Es, probablemente, el método con el que fuimos introducidos/as a la comida y es el que más se sigue de la mano de los/as cuidadores cuando se trata de los/as abuelos/as, suegros/as y educadoras/es en las escuelas.
En este caso, el adulto escoge el/los alimentos en cuestión, los puede cocer o servir crudos (en el caso de las frutas) y siempre se trituran hasta conseguir una textura homogénea semilíquida. Se basa en la teoría de que los bebés no tienen dientes por lo que no pueden masticar alimentos sólidos. También, busca la comodidad de controlar la proporción de diferentes macronutrientes en la dieta del/la bebé y de alimentarle el adulto con el uso de una cuchara.
Este método promete reducir el riesgo de atragantamiento y de aumentar la absorción de los nutrientes a través del triturado de los alimentos. Este último punto es cierto ya que no se suelen ver alimentos completos en los pañales después de comer una papilla. En cambio, cuando no se mastica bien un alimento sólido, a menudo vamos a encontrar trozos de comida sin digerir ni absorber en las heces.
Sobre el riesgo de atragantamiento, no se han visto diferencias en los eventos de atragantamientos entre bebés alimentados con purés cuando se compara con una alimentación complementaria a base de sólidos. De hecho, aumenta la frecuencia de incidencias en los casos de los/as bebés alimentados por el método tradicional que, de forma esporádica, se les ofrecen alimentos en forma sólida. (1)
Alimentación Complementaria BLW: Dejar que el bebé guíe el proceso
Este método maravilloso ya ha demostrado por sí mismo que no es una “moda pasajera” sino que ha venido para quedarse. En realidad, se inspira en cómo se nutrían a los/as bebés antes de que existieran aparatos de cocina que nos permitían triturar la comida en forma de purés o papillas. Se trata de un método de realizar la alimentación complementaria ofreciendo alimentos de modo que el/la bebé pueda agarrar la comida con la mano y llevársela el/ella mismo/a a la boca.
Desde luego que el adulto escoge qué alimento/s ofrecer pero es el/la peque que tiene la autonomía plena en la mesa y decide qué comer, cuánto comer y a qué velocidad. Como puedes imaginar, el resultado es mucho más “sucio” que ofrecer una papilla con una cuchara pero se busca fomentar la curiosidad innata en los peques y disfruten del acto de comer. Se llevan un aprendizaje más allá de la información nutricional y digestiva sino también sensorial, psicomotriz y de masticación, deglución etc.
Con este método, se fomenta la autonomía en la mesa, se educa en el acto de comer además de asegurar una dieta equilibrada ya que estamos permitiendo que el/la bebé siga sus instintos de hambre y saciedad para auto-regularse. De hecho, de ahí viene el nombre BLW – un destete que es guiado por el/la propio/a bebé. Para saber más sobre este método, te invito a leer el contenido de esta página dedicada íntegramente a ello.
El método mixto
Como hemos comentado anteriormente, es habitual que otros cuidadores de tu bebé preferirán alimentarle a través de papillas o purés mientras puede ser que tú tenías en mente probar el método BLW. Si éste es el caso, tu peque estará expuesta/o en algunas comidas con papillas con cuchara y en otras con trozos de comida sólida que tendrá que tomar con la mano.
Una pregunta frecuente es ¿se confundirá? La respuesta corta es “no”. ¿A que tú también comes cremas o purés a veces y vas alternando con alimentos en su estado más sólida? Tu peque se adaptará a ambas formas de recibir alimentación complementaria y entenderá rápidamente que existen diferentes formas de comer.
Muchas instituciones que acogen a varios peques a la hora de comer, prefieren ofrecer solo papillas para facilitar la tarea de alimentarlos a todos. Algunos/as de estos peques luego llegan a sus casas con sus familias y reciben su comida en forma de BLW a la cual se lanzan felizmente.
Una pregunta frecuente es ¿se confundirá? La respuesta corta es “no”. ¿A que tú también comes cremas o purés a veces y vas alternando con alimentos en su estado más sólida? Tu peque se adaptará a ambas formas de recibir alimentación complementaria y entenderá rápidamente que existen diferentes formas de comer.
Muchas instituciones que acogen a varios peques a la hora de comer, prefieren ofrecer solo papillas para facilitar la tarea de alimentarlos a todos. Algunos/as de estos peques luego llegan a sus casas con sus familias y reciben su comida en forma de BLW a la cual se lanzan felizmente.
Hay familias que escogen ofrecer BLW durante el día cuando pueden estar más atentas al/la bebé sin distracciones y se pueden disponer a limpiar la casa ¡y su peque! en profundidad después de la comida y, después, ofrecer un puré por la noche antes de ir a dormir como acto más sencillo y limpio.
Todo esto está muy bien, también, y apoya lo que hemos comentado antes: no hay una única manera de alimentar bien a tu bebé. Eso sí, el método no lo es todo. Un aspecto muy importante en la alimentación complementaria es la calidad de los alimentos que le ofreces a tu peque y esto es lo que desarrollaremos a continuación.
Alimentos recomendados para comenzar la Alimentación Complementaria
La lista de alimentos con los que se aconseja iniciar a tu peque en el mundo de la comida, a igual que el resto de factores que definen a la alimentación complementaria, no está “grabada en piedra” sino que es flexible y adaptable a las familias. Nosotros desde Carolina Baby Nutrition, recomendamos que se siga la lista descargable en este enlace y contaremos, a continuación, porqué. Eso sí, es una lista de alimentos que ha evolucionado, cambiado, añadido y restado a lo largo de estos más de 10 años desde su creación, a igual que la ciencia que rodea a la nutrición infantil.
Seguramente, encontraremos otras recomendaciones similares pero no iguales en otras fuentes de información y serán igual de válidas pero todas suelen (o deberían) buscar los mismos objetivos:
- Evitar alergias alimentarias.
- Facilitar la digestión y asimilación de nutrientes.
- Fomentar hábitos saludables de alimentación desde el primer día de vida.
- Adaptarse tanto al método BLW como el método tradicional con papillas o método mixto.
- Aportar una proporción saludable de macro y micronutrientes esenciales en la dieta.
- Cuidar la microbiota corporal y la evacuación (las cacas) mediante fibras saludables.
- Permitir una adaptación a una dieta vegetariana estricta si se desea.
- Ofrecer una gama amplia de sabores y texturas para aprovechar la “ventana de la curiosidad” de tu bebé y así fomentar una dieta variada cuando crezca.
- Respetar la temporalidad de los alimentos y aún así aportar una dieta equilibrada y completa.
- Cumplir con el objetivo de que nuestro peque a los dos años (o antes) esté comiendo igual que los/las adultos/as de la casa.
Parece complicado pero una lista compuesta por alimentos completos y naturales dispuestos en un orden que acompaña a la maduración del sistema digestivo y el sistema inmune y que se adapta a las necesidades nutricionales de cada fase de crecimiento y desarrollo de tu peque y a la temporalidad, cumplirá con estos puntos. Estamos hablando de iniciar con verduras, frutas y cereales sin gluten de más fácil digestión como pueden ser la zanahoria, la pera y el mijo, por ejemplo (Paso 1). Luego, pasaremos a incluir algún cereal con trazas de gluten, verduras y frutas más complicadas de digerir pero igualmente nutritivas, y algunas proteínas de origen animal y vegetal (Paso 2). Dejaremos para el final, a alrededor del año de vida, los alimentos más polémicos como, por ejemplo, las verduras ricas en nitratos, el pescado azul, o el trigo común. (Paso 3)
Alimentos a evitar durante la Alimentación Complementaria
Sí que recomendamos evitar durante estas edades tan tempranas algunas sustancias que pueden alterar por completo los instintos innatos de sensación de hambre-saciedad, que desnutren o que son tóxicos para los/las bebés. Se trata de sustancias que apenas podemos llamar alimentos pero que encontramos habitualmente en las dietas de los/las adultos/as.
De entrada, el azúcar añadido (no la naturalmente presente en alimentos como las frutas enteras o la fruta disecada, por ejemplo) se debe evitar a toda costa durante esta fase de alimentación complementaria y cuanto más se alarga esta carencia ¡mejor! Amplio la información sobre los efectos del azúcar en los peques en este vídeo (El azúcar en la dieta de mi peque – YouTube @carolinanutritionbaby).
Las grasas trans son el nombre que se les ha dado a toda grasa que ha sufrido una alteración para formar un enlace químico artificial (el enlace natural sería cis, no trans) y se postula científicamente que interfieren con el correcto funcionamiento de las grasas saludables en la dieta. A la edad que tiene un/a bebé cuando recibe alimentación complementaria se está desarrollando el sistema nervioso a una velocidad vertiginoso. Un aporte incorrecto de ácidos grasos esenciales a esta edad (en forma de deficiencia de grasas saludables o presencia de grasas trans) se ha visto que afecta a la formación correcta de los órganos que constituyen a dicho sistema corporal. Esto puede tener consecuencias a nivel aprendizaje, capacidad psicomotriz, habla, comportamiento, inteligencia emocional etc. (2)
Los aditivos alimentarios son sustancias que se añaden a los alimentos procesado para proporcionarles propiedades como color, textura, conservación, sabor etc. No tienen función nutritiva y se suelen usar para permitir ofrecer alimentos de más baja calidad organoléptica y nutricional sin que afecte el placer de comer. Hay aditivos bastante inocuos y otros que presentan más dificultad de eliminación celular.
De cualquier manera, nosotros aconsejamos que no se incluyan en la dieta de un/a bebé que está aprendiendo a comer ya que no solo no aportan nutrición, sino también presentan un riesgo posible de acumulación en el cuerpo y pueden alterar su actitud sensorial ante los alimentos naturales.
Lo ideal sería ofrecer alimentos en su estado más natural posible, con la preparación mínima necesaria para asegurar que puedan digerir y asimilarse – cortados, hervido, triturados, horneados, cocinados al vapor, rallados, aliñados… No recomendamos incluir alimentos procesados en la dieta de un/a bebé más allá de algún lácteo fermentado (yogur, kéfir o queso) o el aceite de oliva virgen extra.
De cualquier manera, nosotros aconsejamos que no se incluyan en la dieta de un/a bebé que está aprendiendo a comer ya que no solo no aportan nutrición, sino también presentan un riesgo posible de acumulación en el cuerpo y pueden alterar su actitud sensorial ante los alimentos naturales.
Lo ideal sería ofrecer alimentos en su estado más natural posible, con la preparación mínima necesaria para asegurar que puedan digerir y asimilarse – cortados, hervido, triturados, horneados, cocinados al vapor, rallados, aliñados… No recomendamos incluir alimentos procesados en la dieta de un/a bebé más allá de algún lácteo fermentado (yogur, kéfir o queso) o el aceite de oliva virgen extra.
Bibliografía
- No difference in self-reported frequency of choking between infants introduced to solid foods using a baby-led weaning or traditional spoon-feeding approach – J Hum Nutr Diet. 2018 Aug;31(4):496-504.
- Trans fatty intakes during pregnancy, infancy and early childhood. Artheroscler Suppl 2006 May;7(2):17-20.
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