La fertilidad no es simplemente una función biológica; es una expresión de salud integral. Desde una perspectiva evolutiva, el cuerpo humano está programado para reproducirse solo cuando interpreta que el entorno es seguro, estable y abundante. Cuando nuestras necesidades básicas —como una alimentación suficiente y equilibrada, un entorno emocional estable y niveles adecuados de energía— están cubiertas, el cuerpo recibe el mensaje: “este es un buen lugar para traer una nueva vida al mundo.” Por eso, en consulta, abordo la fertilidad desde una mirada integradora que va mucho más allá de contar calorías o dar suplementos.
La nutrición funcional busca entender las causas subyacentes de la infertilidad:
- desequilibrios hormonales
- inflamación crónica de bajo grado
- resistencia a la insulina
- estrés oxidativo
- déficits de micronutrientes clave…
Cada uno de estos factores puede interferir con la ovulación, la calidad ovocitaria, la salud del esperma o la implantación embrionaria. Por eso, personalizo cada intervención, valorando analíticas, historia clínica y hábitos de vida, y elaborando una estrategia nutricional adaptada a las necesidades reales de cada persona.
Crear un óvulo sano o espermatozoides fuertes es un proceso que se construye día a día, a través de la alimentación y el estilo de vida. Nutrientes como el zinc, el selenio, las vitaminas del grupo B (especialmente B9 y B12), los ácidos grasos omega-3, la vitamina D y los antioxidantes son fundamentales para apoyar los ciclos hormonales, proteger el material genético y asegurar una buena comunicación celular. Al trabajar sobre estos pilares, no solo aumentamos las probabilidades de concebir, sino también de tener un embarazo más saludable y un bebé con un comienzo de vida más robusto. ¡Recuerda que los 1000 primeros días de vida de tu bebé, empiezan desde el primer día de concepción!
En mi consulta, acompaño tanto a mujeres como a parejas en este camino. A veces llegan después de meses (o años) de intentarlo, otras veces al inicio de la búsqueda. Siempre con una historia única, con emociones entrelazadas y muchas veces con cansancio, frustración o tristeza. A través de una escucha atenta, educación nutricional basada en ciencia, y herramientas prácticas, mi objetivo es ayudar a restaurar la confianza en el propio cuerpo, crear un “nido” fértil y transformar el proceso en una oportunidad de cuidado profundo.
Si estás en ese momento de tu vida en el que deseas concebir, te invito a considerarlo como un viaje de reconexión con tu salud. Porque cuando el cuerpo se siente seguro, nutrido y en equilibrio, la fertilidad florece de forma natural. Estoy aquí para ayudarte a construir ese terreno fértil, paso a paso.
