La Psicología Detrás de Nutrir a tu Bebé

Baby eating

Nutrir a un bebé es una tarea que va más allá de simplemente contar calorías y macronutrientes. Si bien es fundamental asegurarse de que l@s peques reciban la energía y los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo, hay un aspecto psicológico crucial que debe ser considerado. La relación de un bebé con la comida desde el primer día puede influir significativamente en sus hábitos alimenticios futuros y en su bienestar general.

Contar calorías y el equilibrio de macronutrientes son esenciales para asegurar que tu bebé tenga el combustible necesario para su desarrollo físico. Las proteínas, carbohidratos y grasas juegan roles cruciales en el crecimiento, la energía, el sistema inmune y el desarrollo cerebral. Sin embargo, enfocar toda la atención en estos aspectos técnicos puede llevarnos a perder de vista lo más importante: la creación de una relación positiva y saludable con la comida.

Desde el primer día, es vital que tu bebé sienta que la hora de comer es un momento de amor y cuidado, no de estrés y presión. L@s bebés son muy perceptivos y pueden absorber las emociones de sus cuidadores. Si el proceso de alimentación se asocia con tensión o ansiedad, esto puede plantar las semillas de una relación problemática con la comida. Por lo tanto, es crucial abordar la alimentación de una manera que fomente una experiencia positiva y relajada para lo que más quieres en este mundo.

En los días en que tu bebé no come bien, es natural que te preocupes. Sin embargo, es importante recordar que los patrones de apetito pueden variar y que es normal que l@s bebés tengan días en los que coman menos. En lugar de preocuparse excesivamente o forzar la alimentación, es más beneficioso observar a tu peque y responder a sus señales de hambre y saciedad. Este enfoque respetuoso ayuda a que tu bebé desarrolle un sentido interno de regulación alimentaria y evita la creación de una relación de poder en torno a la comida.

Una buena relación con la comida desde el inicio puede prevenir problemas de alimentación en el futuro, como el rechazo alimentario, la alimentación selectiva o ¡hasta un trastorno alimentario!. L@s bebés que sienten que tienen control sobre su alimentación y que sus señales de hambre son respetadas, tienden a desarrollar una relación más sana con la comida. Esto incluye una actitud más abierta hacia probar nuevos alimentos y una mejor autorregulación alimentaria.  Esto es una forma de invertir en la salud del adulto que crecerá.

En conclusión, aunque tener en cuenta calorías y macronutrientes es esencial para el crecimiento y desarrollo de tu bebé, no debemos subestimar la importancia de la dimensión psicológica de la alimentación. Fomentar una relación positiva con la comida desde el primer día es un regalo invaluable que podemos dar a nuestr@s hij@s, ayudándoles a desarrollar hábitos alimenticios saludables y una relación equilibrada con la comida que les acompañará a lo largo de toda su vida.

Baby Nutrition by Carolina Harboe