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Nutrir a nuestros peques en verano

Family picnic

Si tenemos la suerte de aprovechar los meses más cálidos del año para pasar más tiempo con nuestros peques, la alimentación se puede convertir en un pilar básico de sus cuidados más cercanos.  Puede ser que ya no están comiendo en la guardería o en el comedor escolar lo cual nos puede inspirar a aplicar mejoras en su dieta y prestar especial atención  a su salud.  Esto es clave si queremos preparar para “la vuelta al cole” en septiembre – minimizar las visitas médicas y pautas de antibióticos durante el otoño e invierno.

Eso sí, la falta de horarios, los días más largos, los viajes, las excursiones y las tentaciones varias que ofrece el verano a nivel alimentario ¡puede dificultar mucho llevar una dieta saludable por mucho que queramos!  ¿Qué tenemos que tener en cuenta para acertar al máximo con la nutrición de nuestros peques en verano?

Primero, la hidratación es clave.  Asegura que cada miembro de la familia salga de casa siempre con su botella de acero inoxidable (vidrio no es buena idea si son muy peques aún!) llena de agua filtrada o de manantial.  A veces, si están inmersos en algún juego muy entretenido, se pueden olvidar de beber ¡así que esto será tu tarea como adulto a su cuidado!

Consumir abundante fruta fresca no es difícil con tanta variedad que está de temporada ahora mismo.  Aportarán hidratación, fibras saludables, vitaminas, minerales y otros fitonutrientes que asegurarán un buen equilibrio hídrico-nutricional clave en estos meses tan cálidos.  ¿Te has fijado como los peques que comen poca verdura, parecen “compensar” con una ingesta aumentada de fruta?  Sus células siguen pidiendo los nutrientes de los vegetales de temporada así que acompáñales teniendo siempre a mano alguna sandía, melocotón, nectarina o ciruela lavada y cortada.

Si tendemos a comer más fuera en verano, la verdura suele “brillar por su ausencia” en los menús infantiles.  Pide alguna ración de verduras a la brasa, pimientos asados, escalibada, ensalada de lechuga o tomate por ejemplo para compartir con ellos.  Será una forma de mantener el hábito de comer vegetales de temporada en cada plato.

Los helados son una enorme tentación que acompaña las salidas después de comer o cenar.  Recuerda que no son recomendados como consumo diario por su gran aportación de azúcar y, en algunos casos, colorantes, saborizantes, conservantes, espesantes etc. .  Por suerte, los helados artesanales, no suele usar ingredientes artificiales pero, aún así ¡huye de los de color azul brillante o sabor unicornio!  De forma esporádica tus peques pueden disfrutar de un helado artesanal de un sabor natural, un sorbete o de un helado a base de yogur, sin que esto perjudique su salud de forma excesiva.

Yo recomiendo hacer helados en casa usando moldes de materiales naturales y añadiendo frutas y verduras batidas.  Recuerda añadir plátano, aguacate y/o mango para obtener una textura cremosa y puedes experimentar con yogur, kéfir o chocolate negro derretido.

¡Espero haberte inspirado a aplicar mejoras en la dieta familiar este verano!

Baby Nutrition by Carolina Harboe