Cuando una familia opta por el método BLW a la hora de introducir los alimentos a su bebé, el primer temor que suele surgir es el del atragantamiento. A nivel científico no se ha podido demostrar que exponer un/a bebé a alimentos en su forma sólida aumente el riesgo de atragantamiento por encima de las papillas. Aún así, el simple hecho de no alimentar a base de purés parece una decisión osada.
Yo recomiendo haber recibido un curso sobre primeros auxilios. Es interesante refrescar los conceptos, las estrategias y las maniobras y que algún profesional cualificado nos los explique adaptados a los bebés. Lo más probable es que no tengas que aplicar nada de lo aprendido pero da una cierta tranquilidad saber qué hacer en caso de necesidad. Tener en mente, no solo qué hacer, sino también en qué momento intervenir, me parece de especial utilidad porque, sobretodo cuando se trata de mi bebé, tendemos a intervenir demasiado pronto, al mínimo signo de arcada.
Por otro lado, la textura y la forma de los alimentos que le vamos a ofrecer a nuestro peque es clave para maximizar la seguridad de este método. Se irán adaptando, además, a sus habilidades adquiridas a lo largo del proceso conforme aprende a “hacer la pinza”, a masticar con las encías, a mover la lengua dentro de la boca con dexteridad…etc.
Un riesgo asociado con la introducción de cualquier alimento es el de las alergias. Independientemente de la forma de presentación (sólido como BLW o en forma triturada), un/a bebé al entrar en contacto con alguna proteína concreta, podría sufrir una activación del sistema inmune frente a dicha exposición creando anticuerpos específicos. A grandes rasgos, esto sería la definición de una alergia alimentaria pero hay cuestiones que podemos tener en cuenta para minimizar el riesgo de que tenga lugar este escenario.
A la hora de ofrecer un alimento nuevo, es importante tener en cuenta cómo está nuestro/a bebé ese día. Evitaremos ofrecer un alimento “polémico” como el primer cereal con gluten o el pescado azul, por ejemplo, en un día con muchos estímulos, si estamos fuera de rutina o si su sistema inmune está activado (vemos fiebre o mocos, por ejemplo). Recordaremos siempre que no hay prisa y es mejor un proceso bien llevado pero lento que uno rápido con resultados nefastos.
Beneficios del BLW
La comunidad científica sí que cita una lista larga de beneficios del BLW que supera con creces los posibles riesgos:
- Menos riesgo de obesidad de adulto
- Menos estrés en la mesa
- Comen más comida en comparación con los bebés que comen papillas
- Mejores hábitos alimentarios en general y conforme crecen
Conclusiones
Sí, recomiendo tener en cuenta los posibles riesgos y tomar medidas pero está claro que los beneficios de BLW superan con creces los riesgos.
¡Adelante!
